Características del juego

                  
        Las características del juego se pueden agrupar en función de una serie de elementos que desarrollan ciertas funciones. Estos son:


a)   DESARROLLO SOCIAL. 

El niño necesita de sus iguales para jugar y aprender a jugar. El juego colectivo permite al niño aprender, respetar a los demás, contar con ellos, observar y dar ejemplo. Se produce una adaptación a las exigencias externas, dándose una transferencia posterior para adaptarse a la sociedad.
Con el juego se forma una unidad armoniosa, por lo que es posible que el docente se encuentre ante acciones que no involucren una acción que desvirtúe el juego. De esta manera, su acción será más la de mero observador o comparsa, que la de juez o canalizador del juego.
Existen ciertas características del juego que conviene resaltar y, por lo tanto, tener en cuenta para poder entender las acciones del niño. Éstas van encaminadas al desarrollo del rol que desempeña el juego cuando el niño actúa como si fuera adulto. Cuando el niño proyecta en el juego sus deseos y temores, sus vivencias y expectativas, está representando el papel de lo que le atemoriza, creando las figuras de su fantasía.
Otra de las características del juego infantil es la de aplicación de las reglas. Aquí se fomenta la realidad, la subordinación a las leyes de la colectividad, y con ello se da la oportunidad de luchar por el grupo del que se forma parte. En estos juegos sólo pueden participar aquellos niños que se controlan un poco y actúan por la empresa común.


b)   DESARROLLO EMOCIONAL.

Como el juego infantil es expresión, a través de él el niño manifestará alegría, emociones, agresión, tristeza, etc.


Estos sentimientos son inherentes a las posibilidades del niño y el juego.


DESARROLLO MENTAL.

El niño mediante el juego agudiza su inventiva: se pone en situación de alerta y, ante los problemas que se le presenten, intentará resolverlos con brevedad. El juego resalta el papel investigador en el niño, de manera que ante un mundo cambiante, el infante desarrolla juegos de fantasía y realidad.







DESARROLLO FÍSICO.

         Hay que tener en cuenta que el individuo va evolucionando y madurando con progresión en la coordinación de movimientos, con perfecto dominio de todos sus movimientos y con capacidad suficiente de control de ciertos grupos musculares. La progresión normal va desde el uso de objetos grandes en proporción a su edad, para que pueda utilizar grandes grupos musculares, hasta que gradualmente llegará a tener un control sobre los objetos pequeños por el desarrollo necesario.


         Las características del juego descubren cierto tipo de actividad e interés, observando un comportamiento infantil característico, dando los tipos de conducta que a continuación detallaremos:

*      Actividad funcional: hasta el primer año. Carente de finalidad consciente, con escaso control de las reacciones, siendo irresponsable.

*      Actividad placentera: entre 1 y 2 años. Es el derivado de las circunstancias reforzantes, como por ejemplo la presencia de los padres, etc.

*      Autoexpresión: entre los 3 y 6 años de edad. Puede ser motórico y simbólico, con actividad psicomotriz imaginativa y con cierta separación de la realidad.

*      Imitación voluntaria: entre los 5 y 10 años. La imitación se vuelve en transformadora, así como también mediadora de lo asimilado, en conexión con la forma útil del juego.

*      Función adaptativa: entre los 8 y 11 años. Se facilita la asimilación de lo real inconscientemente y, por tanto, una mejor adaptación al medio.














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