El juego infantil es un medio de
aprendizaje espontáneo y de ejercitación de hábitos intelectuales, físicos,
sociales y morales.
Muchos autores afirman que toda
actividad realizada desde los primeros meses de la vida de un individuo es un
juego, con excepción de la nutrición o de las emociones observadas, como por
ejemplo, el miedo. La aparición o formación del juego lo sitúa Piaget en el
segundo Estadio de Período Sensomotor, es decir, hacia el segundo o tercer mes
de vida. En este período se observa que el niño reproduce ciertas conductas
únicamente por el placer que le ocasionan. Según Piaget, el juego es la
“asimilación de lo real al yo”, es decir, cuando el niño utiliza repitiendo un
hecho para encajarlo y consolidarlo, hace de él una conducta conocida.
En posteriores estadios, cuando el niño
puede repetir acciones en ausencia de éstas, se convertirá en exploración, con
el fin de acomodarse a la realidad y por lo tanto de comprenderla.
Así pues, el juego se forma a partir de
acciones que el niño o bien no maneja con suficiente destreza, o no comprende,
o que debido a la llegada de la maduración de ciertos órganos y funciones evolutivas,
el niño utilizará y se entrenará para incorporarse y dominarla en su “yo” y,
así, poder seguir creciendo plena y armoniosamente.
El juego en su formación no necesita de
aprendizaje, sino que surge espontáneamente. Es algo instintivo que responde a
las necesidades de la dinámica infantil. Las explicaciones sobre las causas del
juego han sido muchas, pero quizás las más relevantes sean las siguientes:
a)
Forma de descanso para el
organismo y el espíritu. (Schiller)
b)
Forma de preparación para
la vida adulta. Sería un ejercicio preparatorio de las actividades con las que
se enfrentará en el futuro (a semejanza de las crías de animales). (Gross)
c)
Forma de ensayar, fijar y
conservar los nuevos hábitos adquiridos. (Piaget, Secadas)
d)
Forma de recapitulación de
las filogénesis: reproducción de la evolución de actividades de generaciones
pasadas. (S. Hall)
e)
Forma catártica, para
reducir las tensiones, defenderse de las frustaciones, evadirse de lo real o
reproducir las situaciones placenteras. (Freud, Erikson, Kelin, Adeler …)
f)
Forma de liberarse de la
energía sobrante por no tener otras actividades, mas serias, donde invertirla.
(Spencer)
g)
Forma de aprendizaje y
crecimiento armónico. Auto-formación. (Château, Fröebel, Decroly, Seguin)
A medida que el niño crece, su organismo responde de distintas formas
y utiliza distintas actividades lúdicas; es decir, el juego evoluciona con el desarrollo intelectual, afectivo y físico del niño o se adecúa a los períodos críticos de su desarrollo (a sus conflictos personales y entorno). Según Secadas está por probar que sea el juego el que hace evolucionar el desarrollo madurativo infantil. Sea como fuere, el juego es parte importante del desarrollo armónico infantil y lo es de tal manera que para el docente es imprescindible el conocimiento de los intereses lúdicos, su evolución y observación sistemática.
TEORÍAS DEL JUEGO
Todas las posibilidades para una vida feliz del niño las ofrece el juego infantil. Así pues, las prioridades educativas del juego son aprovechar todas esas posibilidades en toda su amplitud.
Toda representación del juego muestra que, antes de enseñar a jugar al niño, hay que ayudarle a descubrir las posibilidades del juego. Pero, en realidad, ¿qué es el juego? ¿Entrenamiento sujeto a determinadas reglas o una diversión? Piaget y Château definen el juego como una acción libre considerada como ficticia situada al margen de la vida real, capaz de absorber totalmente al individuo que juega. No lleva consigo intereses materiales o utilitarios.
Stern nos muestra unas teorías del juego que son las que a continuación detallaremos. Estas teorías las divide en teorías del presente, pasado y futuro.
En las teorías del pasado observamos la aplicación de Stanley Hall y su biogénesis. Para él, en los juegos de los niños se reviven las formas primitivas del ser humano, por lo que el individuo puede poner en acción las aspiraciones adquiridas por herencia, pero que no se han adaptado a la cultura actual. Por lo tanto, el juego se valora por la importancia que tiene en la vida activa, pero no según su propio sentido. Esto implicaría que todo ser humano es más primitivo cuando juega que cuando se comporta con seriedad, lo que significaría que el juego es una actividad dirigida a un fin concreto.
En las teorías del presente, se afirma que cuando hemos realizado alguna actividad, las energías sobrantes tienen que buscar salida, y por ello se descarga en actividades que no van dirigidas a metas reales.
Cuando el ser humano tiene que sacar fuera de alguna manera las energías sobrantes, se agarra a lo más cercano, imitando las actividades que ve en los demás. Spencer pone el ejemplo del griterío y del alboroto que originan los niños cuando llega el recreo y salen al patio después de un período de inactividad en la clase. Este alboroto y griterío no ofrece objetivo concreto alguno. Incluso estas actividades sin objetivo que realiza el alumno pueden llegar a ser contraproducentes, como por ejemplo, esas peleas tontas donde los niños gastan todas sus fuerzas. En el fono es una catarsis que elimina cosas que han estado impedidas hasta ahora.
Otra de las posibilidades es la del placer que tiene la actividad lúdica en sí misma. Gesell pone el ejemplo del niño pequeño que arroja un objeto al suelo por el hecho de oír el ruido que origina al caer, dando muestras de satisfacción al realizarlo.
Otro de los enfoques actualistas es el de Lazarus, cuando parte del hecho de que la vida laboral del ser humano es muy exigente y necesita compensación. La recuperación no sólo se puede alcanzar mediante el descenso, sino también poniendo en movimiento las otras fuerzas que están pasivas durante la realización del trabajo. Esta teoría está más enfocada hacia el adulto que el niño. Sin embargo, por el hecho de no tomar en serio una ocupación, no se convierte en juego y no se consigue lo que verdaderamente tiene de positivo.
Las teorías del futuro hacen énfasis en que el juego prepara para lo que está por llegar. En este sentido, Gross dice que el juego es un ejercicio previo. Y según Buhler, el niño, a través del juego se deja llevar sin reparo por la fantasía y sin preocuparse de ninguna realidad llega a poner metas en sus acciones.
Stern añade que el juego puede ser una predicción anticipada, de forma que tiene valor de pronóstico. Observamos en ello un intento de interpretar el juego a base de sus repercusiones.
Una vez analizadas estas teorías, podemos establecer una serie de conclusiones como:
1- El juego, según una de estas teorías, sólo puede realizarse cuando hay un sobrante. Esta orientación está dirigida hacia una postura receptiva y un desarrollo íntegro que fluye del juego plenamente realizado.
2- En cuanto a la teoría compensatoria podemos decir que en un sentido más profundo, compensación no es sólo no hacer nada, sino buscar contenidos portadores de satisfacción. Esta compensación nos coloca ante la tarea de una educación en general.
3- En lo referente a la imitación, el juego trata de ampliar la esfera de yo poniendo en reacción los sentimientos de inferioridad. Sin embargo, el juego es una ampliación esencialmente mayor que la simple esfera del yo.
4- Si hablamos del juego que pone en acción contenidos biogenéticos tempranos, observamos que se queda corto de miras, ya que el juego necesita muchas veces ser aprendido.
Hola el primero en comentar este comentario va pasar a la historia haci que sera ._.XD?
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